Ximena Órdenes

Senadora y Presidenta de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones
«No debemos olvidar que la industria de telecomunicaciones es una habilitante para la economía del país»

Este año ASIET cumple 40 años. 4 décadas en la que hemos acompañado el desarrollo de un sector que transformó la forma en que nos comunicamos. Desde su perspectiva, ¿cómo valora el desarrollo y transformación de la industria de las telecomunicaciones en Chile en este tiempo?

En estas últimas 4 décadas hemos evidenciado un auge relevante en el desarrollo de las telecomunicaciones, y con ello en el sistema habilitante para la sociedad digital. Particularmente, en los últimos años hemos sido testigos de una transformación importante producto del desarrollo de la tecnología y de las redes alámbricas e inalámbricas, además de la evolución y derechos de los consumidores y el incremento en el consumo no solo de bienes primarios si no de bienes tecnológicos y digitales.

Esta evolución parte de un ciudadano que consume desde productos de telefonía fija a uno que consume productos y servicios convergentes y empaquetados. Alguna de las causas asociadas a esta transformación son el efecto de la sustitución de la telefonía fija por la telefonía móvil, derivando en la masificación del consumo de datos móviles y fijos. Es en este contexto, comienzan a ingresar nuevos actores al mercado de telecomunicaciones, transformándolo en unos de los sectores más dinámicos y competitivos, lo que deriva en una evolución de las redes de infraestructura y de servicios, y por otro lado de las tarifas, observándose una reducción sustancial en los precios de los servicios de telecomunicaciones, y surgiendo nuevos competidores y nuevas ofertas para los consumidores.

Actualmente, existe una mayor apropiación ciudadana en los usos de las nuevas tecnologías, los cuales exigen y hacen valer sus derechos como consumidores. Esto asociado a una institucionalidad que irremediablemente debe reinventarse como una organización dinámica e innovadora de tal forma de garantizar el correcto despliegue de este nuevo ecosistema para la vida digital.

No debemos olvidar que la industria de telecomunicaciones es una habilitante para la economía del país, representa un robusto eje en el funcionamiento de prácticamente todos los sectores del mercado en el mundo digital, por lo que es fundamental fomentar el tránsito a una transformación digital, verde y equitativa, respaldando e impulsando el ecosistema de la industria de telecomunicaciones, diseñando políticas públicas tengan como eje el desarrollo de las habilidades digitales y que agilicen el despliegue de infraestructura especialmente en los sectores rurales, zonas extremas y de difícil acceso.

Chile es ejemplo de colaboración público-privada en este sector y posee algunos de los mejores indicadores en materia de acceso y calidad de servicios. Además, es vanguardia en los despliegues 5G en la región. ¿Qué lecciones pueden tomarse en América Latina del desarrollo de Chile y qué desafíos ve por delante?

Efectivamente, Chile fue el primer país de la región en concursar espectro para el 5G, en expandir una red 4G en 16 meses, en licitar un proyecto como la Fibra Óptica Austral como parte de un plan estratégico regional, es el país sudamericano que mayor cantidad de espectro ha disponibilizado para ser concursado (1.800 MHz) y el primero en colocar sobre el mercado un modelo de contraprestaciones. Estos hitos entre política pública y fomento, acceso y uso de la tecnología son las piedras angulares de la estrategia que el sector público y privado se han propuesto para convertir a Chile en el país pionero de la región en materia de conectividad.

Esto ha sido un trabajo que se ha venido realizando en los últimos años a través diversas políticas públicas que tienen por objetivo promover el aumento de la cobertura y acceso de servicios de telecomunicaciones en áreas rurales o urbanas de bajos ingresos o con baja o nula disponibilidad de estos servicios. Así, Chile ha pasado de un 45% a un 65% de hogares conectados a internet, convirtiendo a la fibra óptica en la tecnología más demandada y usada por los chilenos, terminando el año 2021 con 2,4 millones de conexiones, lo que es el 56,7% del total.

Por otro lado, junto con el proyecto de última milla regional que, con el apoyo de los gobiernos regionales busca llegar a 1.550 localidades en todo el territorio son iniciativas que mejorarán la conectividad a través del despliegue de infraestructura que permitirá que los usuarios, principalmente ubicados en zonas alejadas y rurales, puedan acceder a una mejor calidad de servicios.

Por último, hace un par de meses atrás el gobierno chileno lanzó el “Plan Brecha Digital Cero” que contempla cuatro ejes centrales: regulación para la conectividad, infraestructura digital, proyectos de ley y conectividad para todos y todas. Para ello se realizará un trabajo coordinando con distintas instituciones que convergen en el desarrollo e implementación de esta hoja de ruta digital. Es así, como se ha demostrado que la sintaxis entre los destinos actores involucrados es clave para lograr el éxito en el desarrollo en las telecomunicaciones.

Como Presidenta de la Comisión de Transportes y telecomunicaciones hemos priorizado el proyecto de ley que declara Internet como servicio público y también hemos impulsado el desarrollo de la “Estrategia de transformación digital: Chile 2035” que ha convocado de manera transversal a distintos actores del ecosistema digital para definir los objetivos y metas que nos permitan acelerar el proceso de transformación en Chile y cerrar la brecha digital.

La pandemia demostró la importancia de contar con conectividad y desde el legislativo de Chile han trabajado en propuestas para avanzar en la universalización de los servicios. A su vez, usted misma ha trabajado con la CEPAL y otros organismos en la Estrategia Digital Chile 2035. ¿Qué puede contarnos de este proceso y de lo que plantea esta agenda?

En mayo de 2019, la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado, en conjunto con la Comisión Económica para América Latina-CEPAL, los gremios de empresas de telecomunicaciones ChileTelcos y la Cámara de Infraestructura Digital, nos convocamos para definir una estrategia de transformación digital: Chile Digital 2035. Teníamos la convicción de que se requería de un nuevo esfuerzo, un esfuerzo colectivo, público-privado, para avanzar decididamente en el cierre de las brechas digitales y acelerar la transformación digital del país.

Rápidamente, y después de una serie de conversaciones iniciales, entendimos que para sacar adelante esta tarea era necesario contar con la mirada de todos los actores del ecosistema digital e invitamos a participar de este proceso a representantes del sector público, la academia, mundo empresarial, representantes territoriales y de la sociedad civil. De esta forma, se estableció una amplia Mesa de Trabajo, se acordó un cronograma de actividades y comenzamos con este desafiante ejercicio. Reuniones de análisis, revisión de agendas digitales anteriores, talleres para conocer mejores prácticas a nivel mundial en materia de políticas digitales, identificación y priorización de los temas relevantes y aspectos vinculados con los procesos de digitalización fueron parte de las acciones a través de las cuales comenzamos a imaginar el futuro digital de Chile.

De esta forma, comenzamos a configurar una nueva agenda y hoy podemos mostrar el primer resultado concreto de esta experiencia: Una estrategia de transformación digital para Chile: “Chile Digital 2035”.

Una hoja de ruta en un horizonte de doce años, abarcando los próximos tres gobiernos. Una política de Estado, dirigida y permanente, y también flexible de tal forma de responder oportunamente al dinamismo que caracteriza a las nuevas tecnologías.

Sabemos que los avances tecnológicos son constantes e impresionantes. Cada avance tecnológico, nueva aplicación virtual y mejora de las tecnologías ha penetrado nuevos espacios, en los hogares, las empresas y los gobiernos. Por esa razón, es tan importante estar atentos a los cambios que estamos experimentado de tal forma de actuar a tiempo para no reproducir viejas desigualdades.

Por otro lado, la pandemia por COVID 19 adelantó un proceso de cambio que ya estaba en curso y está claro que el mundo presentará una configuración distinta a la que conocimos antes de la crisis sanitaria. Pensar en el Chile Digital 2035, es también pensar en los desafíos de la sociedad post pandemia. Con esto quiero decir, que la transformación digital puede desempeñar un papel importante para convertir esta crisis en una nueva oportunidad de desarrollo de la región.

En concreto, ¿cómo ve que puede mejorarse el despliegue y la seguridad de la infraestructura de redes?

En necesario propiciar la simplificación, armonización y estandarizar de la tramitación de los permisos para el despliegue de infraestructura, reducir los costos de despliegue, alinear a todos los servicios públicos que intervienen y capacitar a los funcionarios que participan del proceso respecto a la relevancia que tiene la celeridad en la aceptación de estos permisos para conectar a los territorios. Es muy importante que desde el ámbito local se comprenda qué significa y qué impacto tiene que un territorio pase de un 20% a un 80% de penetración y acceso a Internet.

Por otro lado, se debe impulsar una agenda legislativa que contemple los proyectos de ley que actualmente se encuentra en el Congreso y que buscan impulsar modificaciones regulatorias y legislativas necesarias para facilitar el despliegue y destrabar las barreras que atrasan y complejizan el desarrollo de las telecomunicaciones.

Sumado a lo anterior, el diálogo entre operadoras, el ente regulador y representantes de la administración local en búsqueda de prácticas de despliegue de nuevas infraestructuras es fundamental para que se logre un consenso y la adopción de reglas en común.

Usted ha compartido diferentes espacios de diálogo y trabajo con nuestra asociación, ¿cómo valora el papel de ASIET como agente para la promoción del sector y cómo observa su rol a futuro?

ASIET es un actor clave en el desarrollo de las telecomunicaciones en América Latina y el mundo, a través de la promoción en estos 40 años del dialogo público-privado ha propiciado estrategias que derivan en mejores prácticas, políticas públicas y regulación moderna que tiene como foco asegurar una mejor conectividad en toda la región.

Con su presencia en los distintos procesos de aceleración digital ha podido consolidarse como un referente para los gobiernos nacionales al momento de implementar políticas abocadas a dar certeza en el desarrollo de las telecomunicaciones. Su rol a futuro es transitar a una plataforma abierta como un continuo articulador y facilitador de la cooperación público-privado que construya puentes de confianza y certeza regulatoria en el diseño de políticas públicas.