Pablo Bello
Director Ejecutivo- ASIET

Telecomunicaciones: Retomar los consensos para volver a ser líderes

Chile ha liderado en los últimos años el desarrollo digital de América Latina, con políticas públicas con sentido de Estado que se han ido perfeccionando de gobierno en gobierno. Hoy, 7 de cada 10 chilenos accede a internet, las velocidades de conexión se han multiplicado, mientras los servicios son cada vez más accesibles en precio. Esto ha sido consecuencia de acertadas decisiones regulatorias y del esfuerzo inversor e innovador de las empresas. Sin embargo, el año que termina no ha sido bueno para el sector. Hemos pasado de un entorno en el que primaba el diálogo y el consenso sobre el modelo de desarrollo sectorial, a conflictos estridentes y excesiva judicialización. Se ha deteriorado la institucionalidad sectorial, lo que sin duda termina afectando la seguridad jurídica, introduciendo mayor incertidumbre y generando preocupación en los inversionistas. Como consecuencia del notable éxito del proceso de incorporación de 4G en el país, Chile estaba llamado a ser abanderado de la llegada del 5G a América Latina. Hoy eso parece un sueño difuso.

Las razones del estado del sector son múltiples, tanto como las responsabilidades. De alguna forma todos los actores han contribuido a este entrampamiento. Y en este sector el tiempo perdido juega en contra del progreso del país. En este clima complejo y enrevesado, es preciso destacar la figura de la ministra Hutt, quien ha sido la voz serena que, a través del diálogo y la rigurosidad técnica, ha logrado desactivar una crisis tras otra y ha iniciado el camino de recuperación de las confianzas.

La ministra sabe que las telecomunicaciones son fundamentales para la digitalización del país, y que las TIC son claves para incrementar la productividad y generar crecimiento económico. Sabe también que todos los chilenos, sin excepción, deben poder acceder a servicios de calidad. La forma de avanzar hacia la plena inclusión digital y el desarrollo de una infraestructura de conectividad de primer nivel pasa necesariamente por el diálogo público – privado, por las inversiones de las empresas, por la competencia y la innovación, y por el rol de liderazgo que le corresponde al gobierno.

La ministra sabe escuchar y esa es una cualidad fundamental que no todos comparten. Entiende los diversos intereses que están en pugna y tiene claras las prioridades del país. Eso la hace ser una muy buena servidora pública. Hoy se necesita más que nunca de esas cualidades.

El ministerio está a tiempo de evitar que estos cuatro años sean de estancamiento, para lo cual es preciso fortalecer la senda del diálogo y volver a construir los necesarios consensos que permitan abordar los desafíos que tenemos.

En ese contexto, puede ser el momento de realizar una necesaria actualización de la institucionalidad sectorial, volver a poner sobre la mesa la conveniencia de contar con un regulador independiente y colegiado -estándar OECD- y tener una autoridad política empoderada para impulsar la digitalización del país.