El 5 de agosto todo el mundo volcó su atención al renombrado estadio Maracaná en Río de Janeiro, donde se celebró la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Desde ese momento hasta el 21 de agosto, la ciudad es testigo de 42 disciplinas deportivas en 37 recintos en que competirán 14.500 atletas de 206 países.
El evento será seguido por 5.000 millones de personas de todo el mundo, por lo que se convertirá en el más visto de la historia. Compañías locales como Globo TV y medios internacionales que incluyen a la red estadounidense NBC y la japonesa NHK prueban transmisiones experimentales de ultra alta definición con resolución de 4K y 8K.
Según el titular de tecnología de las Olimpíadas, Elly Rezende, toda la infraestructura tecnológica básica -incluidos backbone de telecomunicaciones y soluciones de conectividad- está en operaciones y la tecnología para el evento ya se instaló en cerca de un 85%. El restante 15% es tecnología que brindará soporte a instalaciones de último minuto y recintos temporales.
El backbone de fibra óptica para transmisión de datos se extiende por la ciudad mediante cables de 374km y 40Gbps de capacidad.
INVERSIONES
Cerca del 20% del presupuesto para el evento, o alrededor de 1.500 millones de reales (US$464mn), se destinó a tecnología, acorde con las Olimpíadas de Londres 2012, indicaron los organizadores. Sin embargo, las necesidades de infraestructura que tiene Río de Janeiro son distintas a aquellas de la capital inglesa; además, la tecnología ha evolucionado en los últimos cuatro años.
Por ejemplo, Río tiene 5.700 accesos a Wi-Fi para los Juegos Olímpicos, que se compara con los 1.500 de Londres.
Rezende dijo que habrá Wi-Fi gratuito en lugares específicos de recintos olímpicos.
Respecto de algunos de estos lugares, carriers móviles sellaron un acuerdo por un sistema de antenas distribuidas en redes 3G y 4G.
El comité organizador y los operadores realizaron análisis detallados que consideraron congestiones previstas de redes en 41 zonas para definir los requerimientos en equipos inalámbricos.
El TOC de Río 2016 tiene 192 puestos que desempeñan 600 profesionales de TI por turnos. Un sitio secundario, en un lugar no revelado, servirá como respaldo y brindará redundancia en caso de interrupciones. Asimismo, un data center que construyó Embratel para las Olimpíadas tiene un recinto «espejo» para garantizar la continuidad de servicios.
En el consorcio de proveedores de tecnología para el evento figuran Claro Brasil (telecomunicaciones móviles), Embratel (telecomunicaciones fijas), Omega (sistemas de medición de tiempo y puntajes), Panasonic (equipos de audio y video), Samsung (equipos y terminales móviles), Cisco (redes alámbricas, equipos Wi-Fi y servidores), EMC (almacenamiento), Symantec (seguridad en TI) y Microsoft (software de sistemas).
El proveedor francés de servicios digitales Atos trabaja como integrador y es uno de los administradores del TOC.
La infraestructura tecnológica de Río 2016 aprobó con éxito las últimas pruebas de estrés que variaron entre ataques y simulaciones de desastres, además de cortes simulados de energía, interrupciones de servicios e infección de malware, detalló el comité organizador.
En junio Atos señaló que culminó con éxito las pruebas de todos los sistemas mediante un último ensayo técnico. El equipo de TIC simuló las tres jornadas en que pronostican las redes se verían más exigidas: 9, 10 y 12 de agosto.
CIBERSEGURIDAD
Los ciberataques son obviamente otra fuente de preocupación. Según el jefe de Cisco para el evento, Rodrigo Uchoa, tres juegos de guerra sometieron a prueba la resiliencia del TOC a ataques externos, aunque no está garantizada la protección en un 100%.
«Constantemente debemos tener cuidado con la seguridad. No importa cuán preparado estemos, no presumimos creer que estamos blindados ante cualquier problema o vulnerabilidad, pero sí tenemos que actuar rápidamente», señaló Rezende.
La ciberseguridad se coordina en colaboración con la Policía Federal de Brasil, su agencia de inteligencia ABIN y la agencia de ciberseguridad CDCCiber.
Desde un centro nacional de inteligencia que se ubicará en la sede central de la agencia en Brasilia, agentes secretos de Brasil y otros países supervisarán e intercambiarán información sobre posibles amenazas terroristas.