De acuerdo con datos de la CEPAL, recabados durante la ronda censal 2010, en América Latina y el Caribe aproximadamente el 12 por ciento de la población vive con al menos una discapacidad. Esta proporción equivale a cerca de 66 millones de personas que, en diversos grados, enfrentan dificultades y restricciones para integrarse plenamente a la dinámica social debido a su condición.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han demostrado ser importantes habilitadores para el ejercicio de los derechos de la población y se muestran como facilitadores inigualables en la incorporación de las personas con discapacidad a las labores productivas, la participación social y política, y la realización de actividades diversas que les permiten alcanzar mejores condiciones de bienestar. Desde hace tiempo, el sector público, el sector privado y múltiples organizaciones de la sociedad civil llevan a cabo acciones desde sus áreas de desempeño con el objetivo de contribuir a que las personas con discapacidad puedan aprovechar el uso de las TIC para el ejercicio de sus derechos; sin embargo, el reto que como sociedad enfrentamos en la materia requiere de esfuerzos adicionales que exigen mayor coordinación y colaboración conjunta y que deben realizarse de manera permanente conforme la propia tecnología evoluciona.
La accesibilidad a las TIC es un tema de gran interés en la agenda del desarrollo de las telecomunicaciones en América Latina sobre el cual, lamentablemente, no se tiene aún un diagnóstico claro. Identificamos, por ejemplo, prácticas positivas que algunos gobiernos han implementado para permitir el acceso a la información y a los servicios públicos; observamos la adopción por parte del sector privado de estándares internacionales y de medidas enfocadas a la accesibilidad de su oferta y conocemos de verdaderos casos de éxito en los que la sociedad civil ha logrado generar transformaciones importantes en materia de inclusión. Sin embargo, no existen elementos claros para conocer en qué medida y debido a qué acciones el uso de las TIC está contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de la totalidad de la población que vive con alguna discapacidad.
La revolución que Internet ha significado plantea también una transformación en la manera de asumir los retos de accesibilidad. En un escenario en el que se han agregado nuevos servicios, tecnologías, esquemas comerciales y mecanismos de interacción, resulta fundamental aprovechar los avances logrados previamente por todos los involucrados en el tema y encontrar formas novedosas de colaboración hacia el futuro. El desarrollo y evolución de las TIC representa una gran oportunidad para que las personas con discapacidad puedan ejercer sus derechos; ante el vertiginoso avance de dichas tecnologías resulta fundamental que las decisiones que se tomen en la materia se sustenten en información objetiva, que permita plantear una ruta de acción que no restrinja las expectativas de accesibilidad a las tecnologías que habrán de desarrollarse en los próximos años.