La pandemia cambió la educación y la forma en que los niños y jóvenes acceden a ella. La nueva normalidad ha impuesto formatos de escuela remota que implican desafíos a enfrentar tales como una mayor profundidad de la brecha digital, el uso responsable de la tecnología y las nuevas habilidades que se habrán de desarrollar para el futuro.
Según distintos analistas, para 2030 más de la mitad de los casi 2 mil millones de jóvenes que hay en el planeta no tendrán las habilidades o calificaciones necesarias para participar en la fuerza laboral emergente[1].
Para preparar a los estudiantes para trabajos que aún no existen, debemos enseñarles a ser fluidos y pensar críticamente. A través de habilidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), los estudiantes aprenden a encontrar soluciones a los distintos problemas utilizando habilidades de pensamiento crítico e innovando.
Pensando en la capacidad de, no sólo conocer las «ciencias duras», sino también poderse comunicar con mayor efectividad, recientemente se ha integrado una «A», de arte, a la ecuación. Las habilidades STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas, por sus siglas en inglés) agregan la capacidad de mirar una situación desde ángulos nuevos y creativos, y expresar así conceptos e información con claridad.
Lo anterior denota la importancia que tiene seguir fortaleciendo el papel que juega la tecnología para brindar más herramientas en temas de educación y el compromiso que las organizaciones debemos adoptar para promover las nuevas habilidades que se requerirán y acercarlas a las personas a través de la conectividad.
Los números son impresionantes: en 20 años, 90% de todos los trabajos que existen requerirán habilidades digitales[2], por eso resulta esencial ayudar a que las personas estén mejor preparadas, acercando oportunidades de aprendizaje como clases de computación básicas y eliminando barreras sociales, económicas, de género o cualquier otra índole.
En los últimos meses hemos podido ver un cambio en la educación que nos indica que tendrá una transformación completa:
- Aumento en el acceso del aprendizaje y la capacitación como factor de igualdad.
- Mayores oportunidades para actualizar las habilidades.
- Oportunidad para mejorar la calidad de las estructuras educativas existentes.
El futuro que comenzamos a vislumbrar, exigirá adultos responsables, empáticos y con las habilidades duras y blandas necesarias para un mundo que dependerá como nunca de la conectividad. Habilidades como el pensamiento crítico, liderazgo y colaboración, tendrán una adopción más natural después de vivir coyunturas como la pandemia de COVID-19, al hacernos más conscientes de los desafíos que pueden presentarse de un momento a otro y hacernos más resilientes a ellos.
La inclusión digital es tema central para el desarrollo del país y se debe trabajar para conectar a cada vez más personas. El propósito de las compañías debe ser crear conexión unos con otros, con lo que las personas necesitan para progresar en su día a día y con las experiencias e historias que más les importan.
[1] Deloitte – https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/global/Documents/About-Deloitte/gx-preparing-tomorrow-workforce-for-4IR.pdf
[2] Goverment UK, https://www.gov.uk/government/publications/uk-digital-strategy/2-digital-skills-and-inclusion-giving-everyone-access-to-the-digital-skills-they-need