Pablo Bello
Director Ejecutivo ASIET

Posverdad y regulación de telecomunicaciones

Para los latinoamericanos Costa Rica ha sido siempre una referencia. Muchos admiramos su apuesta por la paz, por la educación y por el respeto al medioambiente. Costa Rica es un país serio, con una institucionalidad fuerte y excelentes servidores públicos. Es un país en el que el progreso se va haciendo palpable año a año para sus ciudadanos. Es un país además, así lo creo, en el que se respetan las opiniones distintas y la convivencia se entiende desde la diversidad.

Es por ello que resulta sorprendente, para quienes observamos a Costa Rica desde la distancia con admiración, el debate que se ha generado en torno a las últimas decisiones de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) en materia de regulación tarifaria. Costa Rica tiene un regulador competente, respetado internacionalmente, reconocido por su honestidad y capacidad técnica. Prueba de ello es que Costa Rica se ha destacado internacionalmente por los avances en esta materia logrados en los últimos años, situándose en los últimos cuatro años en el top 5 a nivel global del índice que elabora la Alianza para una Internet Asequible, recibiendo en 2015 el premio como el país que más posiciones escaló en el índice de desarrollo de las TIC otorgado por la Unión internacional de Telecomunicaciones (UIT) -organismo de la ONU-,, como el país más dinámico que ha registrado mejoras muy por encima del promedio, y siendo actualmente el país número uno de América Latina en acceso a Internet móvil según datos de 2016 recogidos por la UIT.

Los avances y transformaciones que ha vivido el país desde la apertura en el año 2009 son espectaculares. Según el último libro de estadísticas de Sutel, entre el año 2011 y 2016 el número de suscripciones móviles cada 100 habitantes se elevó desde 90 a más de 170, situando al país como líder de la región. 2 de cada 3 líneas cuentan con el servicio de internet móvil. En Costa Rica, el 43% de los hogares tiene acceso a internet fijo y el 56% dispone de televisión por suscripción, todas estas cifras bastante por encima de las medias regionales. El sector telecomunicaciones de Costa Rica representa un ingreso total cercano a los 800 mil millones de colones al año y el número de empleos directos del sector roza los doce mil. Todo esto con índices de percepción y grado de satisfacción de los servicios superiores a 7.6 tanto en internet móvil como fija.

La evidencia es contundente: hoy Costa Rica está más y mejor comunicado, con servicios que cubren a una inmensa mayoría de la población, con bajos precios y creciente calidad. Las empresas compiten abiertamente en el mercado por ganar y retener clientes, ofreciéndoles mejores servicios. Este es un éxito de Costa Rica. Deberían sentirse orgullosos de lo que han logrado en tan poco tiempo.

Si hay algo de lo que pudiera criticarse a Sutel, es que la resolución de competencia no se haya adoptado antes. Pero es indudable que el regulador ha actuado con seriedad y profesionalismo, dando pleno cumplimiento a la normativa vigente y en favor del interés colectivo. Costa Rica, los ticos, se han beneficiado de la competencia en el mercado y le seguirán haciendo. Con más inversión de los operadores las velocidades de acceso serán cada vez más elevadas y los servicios seguirán mejorando. Las nuevas ofertas comerciales que se derivan de la libertad tarifaria permitirán al país seguir avanzando hacia el cierre de la brecha digital y así, contribuir al progreso de toda la ciudadanía.

Vivimos tiempos complejos, en los que la evidencia suele ser sepultada por la opinión construida desde las emociones y el prejuicio. Es la era de la posverdad. Pero no se progresa ni se defienden los intereses de los habitantes con populismo.

*Columna publicada originalmente en La Nación (Costa Rica)