¿Cuáles son las principales actividades de SES y sus planes de futuro para la región?
El operador satelital SES tiene una flota de más de 70 satélites propios en órbita geoestacionaria y en órbita media. Con esa flota operamos en los 5 continentes, dando una cobertura del 99% de la población del planeta. En América Latina tenemos más de 20 satélites geoestacionarios y 16 satélites de órbita media enfocados para la región. Entre nuestros planes para América Latina tenemos los últimos lanzamientos de los satélites SES-15 (con haces de alto rendimiento o HTS por sus siglas en inglés), SES-10 (el primer satélite de SES totalmente dedicado a la prestación de servicios de video y datos para América Latina) y el SES-14 en una posición orbital Brasileña (para prestar servicios de video y movilidad). Además, lanzamos 4 satélites de órbita media adicionales.
Estamos aumentando las capacidades de movilidad porque vemos que tanto la industria de la aviación civil, como la marítima comercial, van a aumentar sus necesidades de conectividad. En los próximos años la región llegará a más de 6000 aviones conectados y más de 200 mil embarcaciones conectadas de diferentes tamaños. Adicionalmente, trabajamos con gobiernos en la parte de defensa, dando conectividad en aeronaves no tripuladas o a naves que pueden ayudar en situaciones críticas o de desastres naturales. Con las operadoras de telecomunicaciones trabajamos para fortalecer la conectividad en 2G, 3G y 4G para que puedan llegar a más sitios. Por último, trabajamos en video, donde esperamos que aumente la demanda por mayor calidad en la imagen gracias a la adopción de la alta definición (HD) y el UltraHD.
¿Qué retos tiene el despliegue de servicios satelitales en la región? ¿Considera que es importante avanzar hacia la adopción de políticas de cielos abiertos en los diferentes países de la región? ¿Cómo avanzamos en políticas públicas para potenciar el acceso satelital?
El principal reto que tiene el satélite es que se conozca que ya no es lo que fue hace varias décadas, una tecnología cara u obsoleta ante la fibra. El Satélite hoy día es un nuevo medio para llegar a zonas donde no llega nadie, que está aumentando la capacidad para tener mayores velocidades, y que ya no compite con la fibra, sino que se complementa. En el futuro próximo el satélite va a aumentar la capacidad y van a disminuir los costes.
Sobre los aspectos regulatorios es necesario que los lineamientos de la UIT se sigan en las políticas públicas de la región, porque el satélite ha invertido mucho en frecuencias y podría generar incertidumbre en la inversiones no seguir estas recomendaciones. Muchos países han implementado políticas de cielos abiertos, que es la adecuada, permitiendo la inversión extranjera para dar servicios satelitales en los países, con las restricciones normales. El reto está en el acceso al espectro para que podamos continuar operando.
¿Cuál es el papel que el satélite debe llevar a cabo para lograr la universalización del acceso a internet? ¿Y sobre el rol que los servicios satelitales deben tener para lograr una mayor Inclusión social y consolidar mecanismos de atención a emergencias?
El tema del acceso universal es una política que se ha desarrollado en todo el mundo. El siguiente paso es que además de acceso universal se hable de tecnología universal, que se complementen los accesos satelitales con las tecnologías tradicionales porque estamos en un continente que tiene desierto, selva, montañas… El acceso a cualquier tecnología permite que las personas que no tienen acceso por aislamiento territorial tengan acceso por satélite, que a veces es la única opción. Esto viene de la mano de programas de inclusión social, pues no se trata solo de llevar internet, sino de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de las TIC. Me refiero a programas de telemedicina o educación a distancia. Además, las tecnologías satelitales en estas zonas podrán fomentar la búsqueda de modelos de negocio creativos, que permitan que los ingresos de las compañías no vengan solo del usuario final, por ejemplo, con el desarrollo del IoT en zonas rurales en donde van a invertir las empresas que hagan agroindustria o e-ganadería, también en los sectores energéticos o extractivos, que pueden beneficiarse de estar conectados.
En cuanto a la atención de emergencias, el mejor escenario es crear programas proactivos para estar preparados cuando una emergencia llega. Lo fundamental es tener las comunicaciones listas para los equipos de respuesta (médicos, policía, bomberos…); segundo, para las instituciones y las infraestructuras críticas (aeropuertos, presas…); tercero, para el turismo y la industria privada que se vea afectada, tratando que no se detenga la línea de producción; y en cuarto lugar, los servicios para la población civil. El Ecosistema Digital tiene que estar preparado, y el satélite muchas veces es lo único que te puede salvar cuando otras infraestructuras se vean afectadas. En concreto, intervenimos el año pasado para restablecer las comunicaciones durante las inundaciones que hubo en Perú, o en el huracán que afectó a Puerto Rico, donde conectamos a toda la isla.
¿Cuáles son las tendencias tecnológicas en el mundo satelital? Usted ha hablado en algunas ocasiones de cambio de paradigma del Satélite en el mundo de las telecomunicaciones, ¿Qué perspectiva tiene respecto a la llegada del 5G?
Estamos trabajando en una nueva generación de satélites, hablamos del 2021 en adelante, a la cual vamos a llamar O3b mPOWER. Se trata de satélites hasta 10 veces más poderosos que los actuales, con un costo 10 veces menor. Esta ecuación va a cambiar el paradigma satelital, ya no hablaremos de órbita geoestacional u órbita media, vamos a hablar simplemente de conectividad, para el usuario será indistinto. Trabajamos también en satélites agnósticos, es decir, que tengan capacidad de dar conectividad en cualquier parte del mundo, a diferencia de los geoestacionarios que se dedican a un territorio. Asimismo, algunas formas de optimizar recursos y ahorrar costos en el Ecosistema Satelital pasan por la reutilización de los lanzadores; por ejemplo, incluir hasta 3 satélites por lanzador, recargar los satélites que ya se encuentren en órbita para alargar su vida útil, o dedicarse al uso eficiente enfocándose en zonas donde no tienen conectividad en vez de iluminar zonas que ya estén conectadas con otras tecnologías.
Respecto a 5G, hay que tener en cuenta que el 3G e incluso el 4G fueron pensados para las personas, por lo que el crecimiento no puede ser tan exponencial como pensamos que va a ser el IoT cuando los “usuarios” serán desde un refrigerador hasta una vaca, y eso si va a aumentar exponencialmente y van a tener una enorme demanda de capacidad. El 5G será capaz de ofrecer conectividad a cualquier cosa, en cualquier lugar, en cualquier momento, tendrá que haber un ecosistema complejo de múltiples tecnologías que permita que las cosas funcionen sin importar la situación territorial, física, ambiental o de saturación. En SES estamos trabajando en conjunto con otras organizaciones para desarrollar este ecosistema donde operadores puedan acceder al satélite y puedan enfocarse directamente a la última milla o a zonas específicas sin tener que preocuparse por tirar fibra de larga distancia. Hoy día trabajamos con los ecosistemas 3G y 4G y estamos colaborando con organizaciones europeas en proyectos específicos y con ensayos pre-comerciales para la integración satelital en el ecosistema 5G. Además, estamos realizando inversiones sustanciales en activos espaciales y terrestres, así como productos y servicios, que pueden utilizarse para acelerar el despliegue de 5G en todo el mundo. Trabajamos de la mano con los operadores para saber cuáles son sus planes y cómo podemos ayudarnos. La evolución tecnológica del satélite es una buena noticia para las operadoras de telecomunicaciones, porque pueden evitarse una inversión de fibra de larga distancia.