Hace unas semanas participó del Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones ¿Qué balance realiza?
El balance es muy positivo. Creo que es muy bueno generarun espacio para que tanto el sector privado como el público den a conocer y compartan preocupaciones, desafíos y tendencias de una industria cada vez más convergente. Es importante encontrarnos periódicamente con colegas y con autoridades de gobierno para debatir el rumbo de una industria tan dinámica.
Hablando de desafíos ¿cuáles son los principales de la industria de la tv paga?
El principal desafío que tenemos quienes lideramos empresas de entretenimiento es dar respuestas rápidas y efectivas a los consumidores. Desde los últimos cinco años, nuestro sector constantemente debe enfrentar grandes retos cuyas implicancias siguen modificando las reglas de juego y creando nuevos paradigmas, no sólo para aquellas empresas como DIRECTV que proveen servicios y contenidos, sino también para el mercado y consumidores.
El acceso a Internet, la proliferación de empresas productoras de series y películas y el desarrollo de dispositivos móviles y pantallas marcaron un antes y un después en nuestros clientes. Hoy, en el contexto de transformación digital que estamos viviendo, los consumidores son protagonistas y priorizan cada vez más la calidad, comodidad y movilidad de los contenidos a la hora de elegir. Ellos están configurando nuevos modelos de negocio y la forma de operar de las empresas, reescribiendo efectivamente las reglas de toda la industria y llevándola a un nuevo nivel de innovación; a una colaboración profunda entre sectores e industrias y a un movimiento sectorial hacia la convergencia.
Desde 2018 tiene a cargo seis países de América Latina ¿Cómo ve la región?
Latinoamérica se está convirtiendo en uno de los mercados digitales más prometedores del mundo. Según datos del FMI, en los últimos cinco años, en América Latina y el Caribe se registró un crecimiento económico del 2,1%. Y según el Banco Mundial, 4 de cada 10 latinoamericanos forman parte de la clase media consolidada. Ello, sumado a la juventud de la población explica que cada vez más sectores de la sociedad latinoamericana utilicen la tecnología todos los días, de manera intensiva.
Además, los latinoamericanos mostramos las mismas preferencias que los consumidores de otras partes del mundo: queremos servicios que sean sencillos, sociales y reales. Como resultado, la industria está analizando y priorizando esas preferencias y respondiendo con fuertes inversiones e innovaciones.
No obstante, la región aún enfrenta desafíos. Si bien el aumento de la conectividad abrirá también nuevas oportunidades para que las economías sean más productivas, el crecimiento de la productividad no ha sido significativo, y aún encontramos amplios segmentos de la población que permanecen en situación de pobreza o de vulnerabilidad.
Para que la economía digital tenga el impacto social al que todos aspiramos, es fundamental trabajar para cerrar también la brecha educativa y la brecha digital, que en parte reflejan la existencia de brechas socioeconómicas.
¿Cómo adaptaron su oferta de servicio frente a un contexto tan dinámico?
Hace más de 20 años cuando DIRECTV llegó a América Latina, nuestro rol marcó un hito al permitir el acceso a contenidos a miles y miles de personas. La oferta del servicio de televisión satelital respondió a las necesidades de nuestros clientes. Además, en ese momento nuestra llegada a la región significó, de cara al cliente, la multiplicación de oferta de contenido.
En la actualidad, los clientes tienen a su disposición, DIRECTV GO, un servicio ofrecido por una empresa afiliada de la operadora de TV paga satelital DIRECTV. Se trata de una plataforma de streaming regional que ofrece contenido en vivo y on demand. Es una experiencia de entretenimiento de alta calidad que está disponible sin costo adicional para todos los suscriptores del servicio de televisión paga de DIRECTV en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay y Perú. Adicionalmente, desde el 2018 cualquier persona que no sea suscriptor del servicio de televisión paga de DIRECTV en Chile y Colombia puede suscribirse a DIRECTV GO.
Pero la transformación no la vemos sólo en la evolución de los dispositivos y en las situaciones de consumo, sino también en la inclusión de nuevos consumidores que antes no tenían acceso ni al servicio ni a los contenidos. Hoy en día, existen alternativas modulables al acceso a contenidos y transmisiones de la mejor calidad. DIRECTV Prepago es un claro ejemplo de ello. Se trata de un kit autoinstalable, disponible en numerosos puntos de venta, que no requiere factura ni contrato mensual, y que con la simple recarga permite acceder a la mejor calidad de contendidos de audio y video. Desde su lanzamiento, este producto tuvo un fuerte impacto en la penetración de la TV paga en la región y en los consumidores: mucho de ellos nunca antes habían tenido el servicio de tv paga.
Como líder de una empresa de TV Paga ¿Cuál es su mayor preocupación?
La piratería. Pero esta preocupación no es exclusiva de nuestra industria: impacta a quienes aportan su talento para la creación de contenido y en quienes invierten en tecnología para generar un programa que contribuye a promover la cultura local, ofrecer entretenimiento, información, deportes, etc. Al mismo tiempo, socava los esfuerzos de quienes buscan proteger y promover la industria audiovisual nacional y los derechos de los artistas y trabajadores.
Hoy en día, la piratería de señales es la principal “competidora” de los operadores y programadores de televisión paga en América Latina y el Caribe. Según datos de Alianza contra la Piratería, de los aproximadamente 89 millones de hogares en América Latina y el Caribe, la piratería de señales llega a más de uno de cada cuatro. Y en lo que respecta a online, las estimaciones de piratería en la región apuntan a unos 110 millones de usuarios, es decir la mitad de quienes tienen acceso a Internet en la región, según datos de Netnames. Para quienes piratean los márgenes de ganancia son altísimas sin ningún tipo de costo, ya que no crean empleo formal, no pagan impuestos, tarifas o regalías, no proporcionan servicios de calidad y no reinvierten en innovación ni en mejores contenidos.
Pero las empresas no son las únicas impactadas por esta problemática, la piratería genera a los gobiernos de la región, una gran pérdida en la recaudación de impuestos: se estima que se evade unos 1000 millones de dólares si consideramos sólo los impuestos de valor agregado y renta que no se pagan por servicios piratas en los principales países de Suramérica. A su vez, a causa de este flagelo, la industria deja de generar unos 50 mil nuevos empleos al año en la región.
¿A quiénes más impacta la piratería?
Según otro estudio de Alianza realizado a partir de datos de Business Bureau, los programadores sufren daños por 1.800 millones de dólares al año debido a la piratería.
Pero sin duda, entre los más perjudicados por este delito se destacan son los usuarios, quienes, en muchos casos, desconocen los riesgos que corren al consumir contenido pirata.
La piratería no sólo les ofrece una experiencia pobre en términos de calidad de contenido y de servicio, sino que representa una amenaza importante para su seguridad cibernética. La mayoría de los grupos criminales detrás de la piratería online ganan dinero mediante la instalación de anuncios de spam, virus y «malware” que tienen por objetivo robar la información de los usuarios.
¿Cómo debemos combatirla?
Creo que es importante unir esfuerzos públicos y privados para luchar contra la piratería. Esa sinergia será fundamental para enfocarnos en las demandas de los consumidores y así lograr que América Latina se embarque definitivamente en la primera línea de la transformación digital.
Si bien algunos países de la región han trabajado para crear políticas que ayuden a prevenir el robo de servicios, todavía hay mucho trabajo por hacer para garantizar el cumplimiento efectivo, y concientizar a la población.