En Latinoamérica, la mitad de los jóvenes de entre 13 y 25 años y 1/3 de los niños y niñas de 5 a 12 años de edad no tiene acceso al uso de tecnologías digitales, según informó recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Este hecho ha provocado que miles de niños, niñas y jóvenes queden fuera de la de la digitalización, dejándolos sin oportunidades a ellos y a sus familias, pero también a la sociedad, que se privará de todo el aporte que este grupo podría realizar a sus comunidades si explotaran todo su potencial a través del uso de la tecnología y la conectividad.
Tras la pandemia provocada por el COVID-19, la digitalización se ha vuelto esencial para impulsar el crecimiento de los países de la región, y se ha comprobado que su aplicación tiene efectos significativos en diversas áreas críticas para el desarrollo como la educación y la telemedicina.
Por ello, Telefónica Hispam, comprometida con contribuir a la inclusión digital efectiva de la región, ha realizado una propuesta concreta a la sociedad, sumando esfuerzos públicos y privados bajo un enfoque colaborativo, y que se refiere a un nuevo modelo para expandir la conectividad a las zonas rurales de Latinoamérica: el “Manifiesto Rural”.
Creemos que es esencial construir un nuevo modelo que gire en torno a tres grandes ejes: la innovación, la cooperación y la sostenibilidad.
El Manifiesto Rural de Telefónica propone un modelo conformado, primero, por la innovación. Para universalizar la conectividad es imprescindible reducir los costos de desplegar las redes y prestar los servicios, lo que exige fomentar la innovación en lo tecnológico, con la utilización de tecnologías emergentes; en lo financiero, facilitando el desarrollo de nuevos modelos de negocio para atraer inversiones de otros sectores y posibilitar la colaboración público-privada; y, en lo regulatorio, impulsando marcos normativos diferenciados por cada localidad para promover el desarrollo de redes en las zonas rurales.
Asimismo, el Manifiesto Rural de Telefónica incentiva la cooperación, que parte por favorecer y facilitar las alianzas público-privadas y entre privados para viabilizar los proyectos de conectividad que permitan desarrollar servicios y contenidos digitales relevantes para las zonas rurales, en especial en el campo educativo. Esta colaboración debe, además, facilitar y desarrollar la compartición de infraestructuras que genere mayor eficiencia operativa y financiera; y, replantear los esquemas de acceso y uso del espectro, poniendo en el centro la inclusión digital no una vocación recaudatoria.
Estamos seguros de que la única forma de garantizar la evolución tecnológica de las redes rurales es asegurar modelos de negocio sostenibles financieramente, que no dependan exclusivamente de subsidios o contribuciones extraordinarias, sino que sean capaces de generar ingresos recurrentes. Por ello, para lograr la sostenibilidad financiera hay que incluir la reducción de las cargas impositivas y tributarias, así como la aplicación de incentivos fiscales, el uso eficiente de los subsidios públicos, el aprovechamiento de las infraestructuras ya desplegadas y la reducción de las obligaciones regulatorias.
Por último, es importante fomentar la interrelación entre los proyectos de conectividad en las zonas rurales y las comunidades de los lugares donde se realicen los despliegues, ya que esto permitirá potenciar las externalidades positivas contribuyendo al desarrollo integral y dotando a los proyectos de sostenibilidad social. De esta forma, estaremos generando un círculo virtuoso de valor compartido entre las empresas, reguladores y las comunidades.
Desde Telefónica planteamos este modelo a partir de una experiencia de gran éxito en materia de conectividad rural, como lo es “Internet para Todos” (IPT) en Perú, que surgió gracias a un ejercicio de colaboración entre Telefónica, Meta (Facebook), BID Invest y CAF, y que en poco más de 3 años, ha logrado ofrecer acceso a internet 4G a cerca de 3 millones de personas de más de 15 mil zonas vulnerables de ese país.
“Internet para Todos” en Perú es la demostración de que avanzar en el cierre de las brechas digitales en América Latina es posible. Por ello la importancia de implementar modelos de negocio innovadores y nuevas políticas públicas que contribuyan a la sostenibilidad de los proyectos rurales, incentivando las inversiones y fomentando la inclusión digital.
En resumen, para seguir avanzando en estos retos y contribuir de forma significativa en el cierre de la brecha digital en las zonas rurales de América Latina, el Manifiesto Rural de Telefónica propone una revisión de las políticas públicas en torno a cinco frentes: fomentar la innovación, no solo en lo tecnológico sino también en lo financiero y regulatorio; incentivar la colaboración público y privado, atrayendo a la mesa a nuevos agentes; liberar recursos para inversiones, repensando aspectos claves como el coste del espectro, que sigue siendo elevado en la región; y, la política fiscal, que sigue siendo alta sobre nuestra industria. Además, tomando medidas específicas para facilitar el despliegue de infraestructuras y, por último, reduciendo las barreras técnicas a los despliegues.
De esta manera, la propuesta de Manifiesto Rural de Telefónica se suma a las distintas iniciativas que fomentan la inclusión digital, lo que significa, por un lado, expandir la conectividad y, por otro, impulsar el desarrollo de habilidades y capacidades en la población para aprovechar los beneficios del acceso a internet y la tecnología y, lograr una verdadera apropiación digital.
Proyectos sociales basados en la tecnología y la conectividad pueden potenciarse con esta aproximación, como lo demuestran los programas de educación, empleabilidad digital y voluntariado que la Fundación Telefónica Movistar despliega en América Latina.
Tras el éxito que ha mostrado la implementación de “Internet para Todos” en Perú, esperamos ampliar este modelo a otros países de la región, donde la conectividad es vital para el desarrollo. Sobre todo, si se considera que un aumento del 1% en el índice de desarrollo del ecosistema digital se traduce en una expansión del 0,13% del PIB per cápita, según un estudio publicado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el BID y Microsoft.
No hay tiempo que perder. Miles de niños, niñas y jóvenes de América Latina están a la espera de ser conectados con el desarrollo, y la inclusión digital es la mejor herramienta que nos permitirá no dejar a nadie atrás en esta transformación.