Impacto de la pandemia en la región
La llegada de Pandemia agravó las desigualdades de acceso al mundo digital existentes en Latinoamérica- Afectó a diversos sectores, entre ellos el de educación, que se vio duramente golpeado en gran parte debido al cierre de las escuelas, perjudicando a alrededor de 170 millones de estudiantes. Además, América Latina fue la región más afectada como resultado de la crisis económica generada por la pandemia, con una caída del PIB del 7% en 2020.
Casi tres años después, el acceso a los medios digitales para estudiar y trabajar se ha vuelto aún más esencial. Sin embargo, la brecha de acceso a la digitalización es aún extensa, donde menos del 50% de la población de América Latina y el Caribe tiene conectividad de banda ancha fija, y solo el 9.9% cuenta con fibra óptica de alta calidad en el hogar. Nos vemos enfrentados a desafíos que obstaculizan la digitalización y dificultan la prosperidad de la región.
A pesar de ello, los economistas indican que la inversión en la educación genera importantes beneficios económicos en términos de salarios y producto interno bruto (PIB), y también contribuye a mejorar la economía y a desarrollar un mercado laboral próspero.
La importancia de la educación y la digitalización en la economía
Hoy, las tecnologías digitales juegan un rol clave en la recuperación económica de la región, acelerando la digitalización de muchos negocios y servicios que lograron sobrevivir la pandemia gracias a esta adaptación. De igual manera, en el ámbito de la educación, las tecnologías digitales permitieron que millones de estudiantes continuaran aprendiendo desde casa cuando los colegios cerraron.
No obstante, debido a factores como asequibilidad económica, cobertura de redes, y capacidad y velocidad de acceso a internet, muchos estudiantes aún se ven perjudicados por no tener los recursos para seguir estudiando.
Por esto resulta fundamental que la digitalización alcance todo su potencial. Es un esfuerzo que no solo puede llevarse a cabo desde el sector privado, necesita de sinergias multisectoriales, público y privadas que permitan continuar incrementando la inversión en los sectores de telecomunicaciones y educación, así como acelerando el ritmo de innovación y fomentando el desarrollo del capital humano. Para ello, debe haber una reevaluación y modernización de los marcos regulatorios y tributarios y de las políticas públicas. De esta manera, el estado de cada país puede además invitar a compañías privadas al trabajo en conjunto por el bien de la región.
Influencia del sector privado en la digitalización
La digitalización es una responsabilidad de todos. Los operadores de telecomunicaciones invierten de manera constante en nueva infraestructura digital sobre la cual se construye y opera un ecosistema que debe ser fortalecido. En el ecosistema figuran la infraestructura, dispositivos, software, pero también una parte humana clave para que todo lo anterior pueda funcionar, hablamos de habilidades digitales que tienen su origen de la educación digital y cuyo desarrollo está sostenido en iniciativas gubernamentales, del sector privado y de organismos sin fines de lucro. Estos esfuerzos comunes y complementarios son clave para poder hablar de educación 4.0 en el presente y a futuro.
La colaboración entre entidades públicas, privadas y ONGs ha ayudado a acelerar la llegada de acceso digital a grupos en desventaja. Por ejemplo, Millicom (Tigo), a través de sus iniciativas estratégicas de impacto social y ambiental (ESG) ha trazado una estrategia regional que busca promover la alfabetización digital en la región a través de programas educativos sobre inclusión digital, herramientas para transformar e innovar en la educación, y habilidades en el uso seguro y responsable de internet.
Uno de sus programas para destacar es Maestr@s Conectad@s, a través del cual ofrece a los docentes y educadores acceso gratuito a módulos de aprendizaje en línea para desarrollar su alfabetización digital; y desde su lanzamiento en 2020, más de 450.000 profesionales de la educación se han formado con éxito.
En 2022, Tigo lanzó la aplicación web Maestr@s Conectad@s con un catálogo de 20 cursos gratuitos desarrollados en colaboración con AHYU; y efectuó la segunda edición virtual del Congreso Latinoamericano Maestr@s Conectad@s donde se involucró a más de 44.000 y certificó a 22.371 docentes de 23 países.
Mas allá de esta iniciativa, en un esfuerzo por reducir la brecha digital existente a través de la digitalización, la empresa ha impactado la vida de miles de mujeres y niñas con su programa Conectadas, enfocado en la capacitación sobre cómo acceder de manera segura a información, oportunidades y adquirir nuevas habilidades digitales en internet, que pueden ayudarlas a mejorar sus vidas y las de sus familias y comunidades.
De igual forma, mediante su programa Jóvenes Lideres de Impacto desarrollado con Glasswing International en el marco de la Partnership for Central America, mentores Tigo colaborarán para que jóvenes en América Latina se conecten e inspiraren y de esta manera poder ofrecerles soporte para lograr oportunidades de pasantías, capacitación y empleos.
La recuperación económica está en la digitalización
El avance de la digitalización es crítico para Latinoamérica, pero para ver los frutos, la región requiere de un programa ambicioso que busque acelerar y ampliar el desarrollo de la industria de telecomunicaciones por medio de inversiones públicas y privadas en el sector, acelerando el ritmo de innovación, y fomentando el desarrollo del capital humano.
De hecho, un estudio de Telecom Advisory Services, indica que, si la región implementa los cambios necesarios para la evolución de la era digital, el impacto sería muy importante. Por ejemplo, un incremento del 10% en el índice de digitalización se asocia a un crecimiento del 2.4% en el nivel de empleo, lo que permite reducir la tasa de desempleo promedio en la región del 10.5% al 8.4%, lo que significa la creación de más de 6.5 millones de nuevos empleos; e incrementar la productividad multifactorial en 5.7%.
Por esa razón, es necesario que los gobiernos de cada país vean a la tecnología digital como una gran inversión y como un elemento catalizador de oportunidades para el futuro de la economía y la educación. Un claro ejemplo de esto es que se estima que la universalización del acceso de banda ancha en Latinoamérica costará el 0,12% del PIB anual de la región, y los beneficios serán enormes para la economía y el desarrollo de la región.
Para lograrlo, se debe reevaluar y modernizar los actuales marcos regulatorios, tributarios y de políticas públicas con el fin de facilitar tales avances. Es necesaria la inclusión a través del suministro de servicios y reformas jurídicas y regulatorias, instrumentos financieros con el fin de subsidiar los costos de internet para los más pobres, así como incentivos fiscales temporales o subsidios a la inversión para que los operadores de redes extiendan el servicio a las regiones desatendidas, lo cual, a su vez alentará a las empresas y los inversores del sector privado a ampliar otras infraestructuras digitales.