Oscar Robles
CEO de LACNIC

La relevancia Estratégica de IPv6 para los Operadores

Durante muchos años el despliegue de IPv61 se consideró un aspecto exclusivamente técnico que tendría que ser desarrollado por los Operadores de Redes de manera casi al margen de las decisiones de negocio.

Sin embargo, mantener soluciones dependientes de direccionamiento IPv4 genera en los operadores costos incrementales en su infraestructura operativa a medida que se posterga la decisión, y en algunos casos perderán no sólo la capacidad de crecer su red en el futuro sino también la capacidad de ofrecer nuevos servicios asociados a nuevas tecnologías, perdiendo competitividad o reduciendo el ya de por sí castigado ARPU.

Al mismo tiempo, la falta de un despliegue efectivo de IPv6 en el país puede impactar negativamente en el desarrollo de las estrategias digitales nacionales, aplicación de justicia, reducción de la brecha digital y la innovación tecnológica

Los costos ocultos para los Operadores al no desplegar IPv6.

Una de las razones por las cuales IPv6 ha tenido un lento despliegue en la región puede relacionarse a la falta de incentivos financieros en los operadores para llevar a cabo este despliegue tecnológico. La mayoría entiende la relevancia tecnológica de este despliegue, pero deciden dejar pasar la ventana de oportunidad ante la ausencia de un caso de negocio que les deje claro el beneficio. Quizá esperen la aparición de un servicio que por sus características sólo pueda ofrecerse bajo IPv6 y que dicho servicio o aplicación sea altamente demandado y valorado por los usuarios. Este servicio providencial no sólo no ha llegado sino que es altamente improbable que suceda en los próximos 5 años.

Si se buscan razones para desplegar IPv6 los argumentos están en la estructura de costos de cada operador para mantener las redes IPv4, si lo que buscan es un Caso de Negocio, tendrán que asegurarse de incluir en la ecuación: 1) la creciente necesidad de obtener direcciones IPv4 en los mercados secundarios a precios que pueden llegar a ser hasta miles2 de veces superiores al costo de adquisición de IPv6; 2) posteriormente, el costo de mantener la infraestructura tecnológica3 de aprovechamiento de direccionamiento IPv4 para más usuarios cada vez más costosa y compleja; 3) deberán también considerar los costos operativos de cada transacción en las redes IPv4, que al pasar por diferentes mecanismos de traducción (CGNs) aumentarán de manera considerable el tiempo de dichas transacciones aumentando la latencia. Si alguien cree que la latencia no es importante, sólo es cuestión de poner atención a los recursos que los generadores de contenido invierten para reducir la latencia con las CDNs (Content Delivery Networks) sólo para “acercar” unos cuantos milisegundos el contenido que generan a las redes de los operadores, y con ello mejorar la experiencia del usuario.

Por otro lado, existe la creencia de que para desplegar IPv6 es necesario esperar a que todos lo hagan o que todos los operadores de un país lo hagan al mismo tiempo; lo cierto es que esto no es así, existen mecanismos de transición que permiten a aquellos operadores que lo desplieguen el poder convivir con redes que son sólo IPv4.

Es de llamar la atención que hoy en día un cuarto de las 60 mil redes ya circula tráfico IPv6 a los usuarios finales, es decir 15 mil redes ya pueden “hablar” el protocolo IPv6, pero un puñado de esas, 250 para ser precisos4, decidieron ya no ver a IPv4, para ellos IPv4 ya no es relevante. Si esto sucede cuando el 25% es IPv6, imaginemos lo que puede pasar cuando la mitad del Internet ya hable IPv6, cuando la mayoría de los países desarrollados sean completamente IPv6 y los países de nuestra región no lo sean.

La relevancia estratégica de IPv6 para el Estado

Desde el punto de vista nacional, identificamos también algunas razones estratégicas para el despliegue. En la región de América Latina y el Caribe nos falta conectar a más de 300 millones de personas. Según datos de LACNIC5, sólo quedan 3 millones de direcciones IPv4. Es indudable que las matemáticas no nos favorecen y si queremos conectar a todos los desconectados no hay suficiente direccionamiento IPv4. Por ello IPv6 se vuelve estratégico.

Si no hay suficientes direcciones IPv4 para conectar a las personas, mucho menos podremos conectar los miles de millones de dispositivos y sensores que esperamos con las nuevas tecnologías. Soluciones con Internet de las Cosas (IoT), Smart Cities, Internet Industrial, Industria 4.0, serán sólo promesas de ciencia ficción al alcance sólo para los países que hayan evolucionado a IPv6.

Por si fuera poco, uno de los aspectos más complejos en Internet es la capacidad del estado y las instituciones judiciales de identificar a los responsables de delitos cometidos en Internet. Con IPv6 se posibilita la trazabilidad de las transacciones, algo que es prácticamente imposible con IPv4 hoy en día. El hecho de que los operadores puedan mapear de manera inequívoca los responsables de una transacción le permite al estado atender amenazas de manera más efectiva. Aunque puede resultar contra intuitivo, la trazabilidad6 ayuda a preservar la apertura de Internet y la privacidad de los usuarios, inclusive reduce la presión a los estados por mantener mecanismos de vigilancia masiva.

Las múltiples partes interesadas

Por último, debido a la relevancia de un despliegue efectivo de IPv6 en nuestros países, es importante que no sólo los operadores atiendan este aspecto, los estados como uno de los mayores compradores de tecnología en cada uno de nuestros países pueden contribuir a generar ese Caso de Negocio a favor de IPv6, asegurándose de requerir soporte IPv6 para todos los proyectos de conectividad gubernamental y adquisiciones de tecnología. La Academia debe jugar también su rol con su capacidad de innovación y su compromiso social de formar profesionales para las nuevas tecnologías.

Así, hemos visto casos exitosos en Trinidad y Tobago y Argentina, donde han realizado esfuerzos de cooperación y colaboración entre los distintos actores de la industria, el gobierno y otros interesados en el “cómo sí” desplegar IPv6 de manera efectiva, sin coerción, sino con acuerdos voluntarios que favorezcan decisiones relevantes para el desarrollo tecnológico de los países. Hoy en Argentina se tiene a más de 20 entidades desplegando7 IPv6.

Confiamos en que las inversiones de infraestructura de los operadores de la región para los próximos años ya consideren IPv6, no sólo para asegurarles su competitividad futura, sino también la preparación tecnológica de nuestros países.

1 El nuevo mecanismo de direccionamiento del protocolo de Internet

2 https://ipv4marketgroup.com/ipv4-pricing/

3 Conocida como CGN – Carrier Grade NAT (Network Address Translator)

4 https://bgp.he.net/ipv6-progress-report.cgi?section=ases_v6_only

5 https://www.lacnic.net/agotamiento

6 https://m-cacm.acm.org/magazines/2018/8/229771-traceability/fulltext

7 https://stats.labs.apnic.net/ipv6/TT