La infraestructura de telecomunicaciones es la base fundamental de la conectividad y el desarrollo digital. Sin una adecuada infraestructura no es posible entregar con suficiente calidad servicios que son fundamentales para la comunicación y el desarrollo de actividades económicas, educacionales y de entretenimiento. Los proyectos de ley 4305/2018-CR y 4843/2019- CR presentados en el Congreso, buscan la modificación de la Ley para el Fortalecimiento de la Expansión de Infraestructura en Telecomunicaciones (la Ley 29022) , esto conllevaría que cuando se requiera instalar una antena, sea para aumentar lo cobertura o mejorar la calidad del servicio, se tenga que acudir a un esquema de autorizaciones previas por parte de cada una de las municipalidades del Perú, como ya sucedía anteriormente.
Hacer más lento y complejo el desarrollo de infraestructura produciría efectos indeseados, limitaría el desarrollo de los servicios móviles en el Perú y podría afectar a la calidad y cobertura que reciben los usuarios. Este hecho supondría un importante retroceso, alejando al país de las mejores prácticas internacionales. La propuesta resulta incompatible con el declarado objetivo de universalización de los servicios, y con la adecuada capacidad técnica para hacer frente a un uso cada vez más intensivo de los mismos.
Resulta especialmente relevante evitar procedimientos que retrasen el despliegue de redes de conectividad de primer nivel en Perú, considerando la necesidad de infraestructura de telecomunicaciones móviles que tiene el país. Hasta ahora, la Ley 29022 ha sido de especial utilidad para el despliegue de infraestructura. Pese a ello, todavía existen importantes barreras que, sin suficiente fundamento técnico, retrasan el despliegue de infraestructura móvil.
ASIET subraya, por tanto, la enorme importancia para el desarrollo de la industria de las telecomunicaciones de disponer de un régimen simple, homogéneo, eficiente y estable, que promueva la inversión en infraestructura. La autorización previa por parte de las municipalidades supondría una barrera significativa para el desarrollo de la conectividad, y un retroceso en el objetivo compartido de avanzar hacia la digitalización con infraestructuras y tecnologías de clase mundial.
En definitiva, facilitar el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones no solo resulta fundamental para que los usuarios dispongan de los mejores servicios, sino que es esencial para la recuperación económica del país que debe venir de la mano de aprovechar al máximo las ventajas de la transformación digital y el uso productivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.