Jaime Palermo

Gerente de Telecomunicaciones Grupo ICE
repasamos el avance y la actualidad del sector y su empresa en un país puntero en las TIC. Las necesidades regulatorias, el avance tecnológico, el desafío de las inversiones, y los resultados de su marca comercial: Kolbï.
“Tiene que existir una intervención para que el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (FONATEL) se utilice más eficientemente y de forma más ágil”

Costa Rica presenta buenos índices de desarrollo digital, en general por encima de los promedios regionales. ¿Cómo evalúa el desarrollo del sector, y del ICE en particular, en los últimos años? ¿Cuáles señalaría como los principales retos a futuro?

El paso de un esquema de monopolio a un esquema de competencia obviamente implicaba un reto importante en determinar qué es y cómo opera una empresa como nosotros en un mundo competitivo. Para esto echamos mano a empresas amigas para conocer efectivamente como se opera en el campo. Y a partir de ahí nos dimos a la tarea de empezar a hacer los cambios que correspondían.

Desde el punto de vista tecnológico, ya habíamos pasado por TMA y por 2G, y en el 2009 se empezó la construcción e instalación de lo que era tercera generación, con lo que ya empezamos a desarrollar los datos móviles en el país, y lanzamos la marca Kolbi. En 2010 preparamos los planes de servicios hacia los clientes, la ejecución de lo que tenía que ver con los sistemas operativos que iban a soportar el nuevo mundo comercial, como las tecnologías para monitorear e inventariar la red de telecomunicaciones. Entonces hubo una gran decisión interna sobre si incursionar o no en el mercado prepago, y fue una gran decisión porque muchos pensaron que nosotros íbamos a mantener la condición de pospago. Decidimos entrar en el mercado de prepago y eso fue lo que nos potenció aún más, al punto de que hoy mantenemos el 60% del mercado total de servicios móviles.

Desde el punto de vista regulatorio, hubo omisiones. En materia de regulación de tarifas y precios prácticamente las hemos mantenido desde el 1998 o 19999. Esto implicaba un reto mayor aún porque la inversión en telecomunicaciones en este país decreció. En todos los modelos crecen, pero aquí no sucedió porque el modelo de rebalanceo no se dio, por decisiones regulatorias erradas como homologar las tarifas del mundo móvil de datos con el mundo fijo de datos y decisiones que se postergaron por muchos años, que se tomaron el año pasado.

A partir del 2011, cuando se dio la entrada de los nuevos operadores, vino la discusión de si el ICE iba a sobrevivir. Hoy demostramos que no solo sobrevivimos, sino que somos la más fuerte en el país en materia de telecomunicaciones. Además, nos mantenemos vigentes y seguimos marcando pauta en materia de nuevas tecnologías. Nosotros fuimos la primera empresa en brindar servicio 4G en Centroamérica, y nuevamente lo hicimos el año pasado que lanzamos radio bases operando en 4.5G.

El principal reto a futuro es que tenemos que cumplir un rol fundamental para Costa Rica, tenemos que hacer inversiones a pesar de que en muchos de los lugares no se vaya a retribuir de manera importante. Nosotros hemos desarrollado toda la infraestructura cumpliendo con el objetivo solidario y social con el país y hemos tratado de no descuidar esa parte. Hace un par de años hemos empezado a desarrollar proyectos de fibra óptica, y es así como tenemos comunidades rurales con redes de fibra óptica completa.

Sobre nuestro proyecto de Fibra, en 2014 se tomó la decisión de “no más cobre” por parte de nuestra empresa y que todo lo que se viniera sería con fibra óptica. Ahí surge el proyecto de Fibra hasta el hogar que es lo que venimos desarrollando sin parar desde hace 3 años.  Nuestro plan es llegar a un millón de fibras en tres años.

¿Qué es lo que hay que hacer desde la política pública para que se pueda sostener las inversiones en este ecosistema?

Nosotros sentimos que lo que se ja hecho en materia de política pública ha sido un tanto débil. Hubo un muy buen intento por parte del ministro de telecomunicaciones anterior, donde prácticamente ellos estuvieron diseñando y planificando todo lo que iba a ser la infraestructura de redes de fibra del país. Sin embargo, el proyecto no avanzó y sentimos que debieron poder influenciar más sobre el órgano regulador. Sobre todo en el mundo móvil con el des balance de precios que mencioné anteriormente. Costa Rica cuenta con los precios más bajos (o casi) a nivel mundial.

La recuperación de inversiones es más a largo plazo.  Hoy por hoy hemos invertido mucho con recursos propios. Ahora necesitamos apalancamiento de otro tipo de organizaciones. Hoy las inversiones en fibra óptica las estamos haciendo a través de fideicomisos porque necesitamos hacerlo de alguna forma. El órgano regulador está desarrollando cambios en el último año. Noto más apertura, sin embargo, pareciera que hay un rezago importante en tiempo que necesitamos recuperarlo.

¿Qué otras prioridades observan en políticas públicas?

El tema de la regulación sobre el FONATEL (Fondo Nacional de Telecomunicaciones). Tiene que existir una intervención para que ese fondo se utilice más eficientemente. Hemos participado prácticamente en la mayoría de los concursos que han sacado, y casi que todas las contrataciones las ha ganado ICE, pero sentimos que podría haberse agilizado más y no tener esos dineros en bancos. Si se agilizara el tiempo de contratación. Ahora estamos para concursar en “hogares conectados”, nos ha ido bastante bien, pero a veces el proceso de adjudicación es muy lento. Ellos trabajan a través del Banco Nacional de Costa Rica y ciertamente se avanza, pero lento. En síntesis, hemos ido avanzando pero creo que pudimos haberlo hecho de manera más rápida si ese órgano hubiera tomado la decisión de que el ICE construyera dada la experiencia que tenía en esos temas. Pero vamos caminando con todos esos proyectos.

En materia de espectro se ha tratado de ordenar, pero debería existir una política más fuerte, y en este sentido le toca al ministerio de las telecomunicaciones. Ojalá que como órgano técnico no sufra muchos cambios porque esto lo que va a provocar son retrasos.

Además, influir mucho sobre las inversiones para todo lo que es educación y salud. Nosotros tenemos contratos donde vamos avanzando bastante bien, pero yo diría que deberíamos actuar de manera más agresiva junto con el gobierno central. Porque los beneficios son tangibles cuando uno ve que es lo que están haciendo en otros países. Nosotros no debemos tener sistemas de datos a escuelas o colegios con 10 MB cuando ya deberíamos estar enfilando a todos los centros educativos del país. Lo mismo con los centros de salud.

¿Cómo es la situación de Kolbi desde que se lanzó esa marca al mercado? ¿Cuáles considera son sus principales fortalezas?

La idea de tener una marca de telecomunicaciones es, tal como lo han hecho otras marcas, de diferenciarnos de lo que éramos antes. Nosotros optamos por la marca Kolbi que representa una rana que se encuentra en zonas vírgenes de nuestro país, muy cercana, alegre, amigable. Ese es el rostro que le hemos querido dar a esta marca. Los informes indican que el crecimiento que la marca ha tenido es un fenómeno que no se da muy seguido.

Esto implica un reto muy grande, buscamos que sea admirada y querida a nivel país, y eso implica que tenemos que hacer inversiones en este sentido. Desde la venta de un servicio, servicio al cliente, posventa, como también las inversiones para que podamos tener una red robusta y de calidad. Uno de los retos más grande es darle más ancho de banda a los clientes como lo hemos hecho con el 4.5, sin aumentar los precios. Lo cierto es que ha sido un proceso exitoso, estamos con 4.5G funcionando y este año queremos hacer un despliegue a nivel nacional, no solo en áreas metropolitanas sino en todo el país.

Tecnológicamente estamos incursionando en TV de manera más agresiva, tenemos una plataforma para televisión IP totalmente digital ya operando y estamos en negociaciones para incursionar también en OTT. Estamos trabajando en despliegue de fibra óptica, en fin, en todos estos ámbitos estamos trabajando para seguir cumpliendo las expectativas de los clientes.