El cet.la lanza la segunda parte del estudio ‘Desafío 2020’

Claves sobre las políticas públicas necesarias para que América Latina tenga niveles de acceso a internet similares a los de los países más desarrollados.

El cet.la hizo pública la segunda parte del informe ‘Desafío 2020’, centrado en el estudio del “Entorno para reducir la Brecha Digital” en Latinoamérica. El trabajo, realizado por la consultora Convergencia Research, tiene como objetivo comparar y describir de qué forma los 11 países de la región analizados están avanzando en generar un marco regulatorio estable y propicio; seguridad jurídica; un horizonte planificado y previsible en las asignaciones de espectro; un escenario que promueva la colaboración público privada y facilite el despliegue de infraestructura; y niveles tributarios simples y moderados. De acuerdo al estudio, las condiciones señaladas son las requeridas para facilitar las inversiones necesarias para el cierre de la Brecha Digital en nuestra región.

En 2013 se presentó el informe “Latinoamérica. Desafío 2020. Inversiones para reducir la brecha Digital”, cuyo fin era estimar el valor de las inversiones en redes fijas y móviles para que 11 países de la región redujeran al máximo la distancia que los separaba de los países más desarrollados, en términos de penetración de servicios de telecomunicaciones. Dicho informe calculaba que en la región serían necesarios entre 2013 y 2020 aproximadamente 400.000 millones de dólares de inversión en redes fijas y móviles. Adicionalmente, el estudio concluía que para generar un entorno que viabilizara dichas inversiones eran necesarias políticas públicas alineadas con el objetivo de maximizar el acceso.

En las últimas décadas, y desde la publicación de la primera parte del informe, la región ha avanzado mucho gracias al compromiso de los gobiernos y al esfuerzo inversor de las empresas, no obstante, aún la mitad de los latinoamericanos no accede al uso de internet. El principal signo del compromiso del sector público son los Planes de Tecnología de Información y Comunicación (Planes TIC). Los 11 países del informe cuentan con algún plan en curso, aunque los alcances son variopintos. El compromiso del sector privado se observa principalmente a través de las inversiones en expansión de redes y en espectro, despliegues que no se han detenido ni siquiera en los países que presentan contextos de mayor incertidumbre en la situación política y económica. Entre 2013 y 2016, en el conjunto de los once países estudiados -teniendo en cuenta tanto redes fijas como móviles- se estima que se han invertido cerca de USD 80.000 millones incluyendo las adquisiciones de espectro, siendo estas últimas en muchos casos onerosas ya que han perseguido fines recaudatorios. Por ejemplo, en los últimos cinco años, se destinaron en la región aproximadamente USD 12.000 millones a la adquisición de espectro para tercera y cuarta generación móvil.

La Directora de Convergencia Research, Mariana Rodríguez Zani afirmó que “el estudio muestra que, más allá de los avances y resultados positivos en el proceso de tránsito hacia el cierre de brecha, todos los países tienen oportunidades de mejora pero para poder aprovecharlas se requerirá de niveles más profundos en el diálogo público-privado”; y añadió que “en el período que queda hasta 2020 se sumarán otros debates como el rol que cada país pretenda asumir en la economía digital”.

Por su parte, Eduardo Chomali, miembro del cet.la, sostiene que “el cierre de la brecha digital en América Latina será el resultado de diferentes variables, a destacar: por un lado, las necesarias inversiones en redes fijas y móviles y por otro, las condiciones de entorno que incentiven su materialización”. “Esperamos que la segunda parte de este estudio sea de utilidad para ordenar el acontecer de las políticas públicas y regulaciones frente a un escenario facilitador del cierre de la brecha digital y, de ese modo, identificar oportunidades de mejora, ejercicio en la que el diálogo público-privado sigue y seguirá siendo fundamental”.

Camino a seguir

Así, las políticas públicas tendrán que, en primer lugar, sostener el camino recorrido y corregir rumbos cuando sea necesario. En segundo lugar, deberán resolver temas como el avance hacia marcos regulatorios basados en el principio de la convergencia, reduciendo las presiones tributarias y poniendo a disposición de las operadoras mayores cantidades de espectro; la privacidad y la seguridad cibernética; el uso del big data, y el desarrollo del IoT para mejorar la calidad de vida y transformar la matriz productiva. Deberemos pasar de la era de las TIC como instrumentos de entretenimiento e información a otra de las TIC como revolución tecnológica para la reconversión industrial y el desarrollo de la economía digital.