Cuéntanos acerca de CPR Latam, ¿Qué es y a quién va enfocado?
CPR significa Communications Policy Research. Existen instituciones hermanas en el resto de las regiones del mundo, por ejemplo EURO CPR en Europa, otra en Asia y en Estados Unidos. Son redes de Instituciones Académicas enfocadas al estudio de la economía y política de regulación de las telecomunicaciones en diferentes países. En este sentido, los miembros de CPR LATAM son académicos que estén vinculados a esta área de estudios. Tenemos aproximadamente a 20 instituciones vinculadas. Y del punto de vista de académicos es difícil cuantificar porque no tenemos un registro formal. Pero tenemos miembros yendo de norte a sur: Mexico, Costa rica, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil y Uruguay. Esos son los países de donde estamos recibiendo propuestas para presentar trabajos en cada una de las conferencias. La función fundamental de CPR LATAM es realizar conferencias anuales. Ya llevamos, sin contar la que se avecina, diez ediciones. La primera fue en el año 2007 en Buenos Aires.
El objetivo, es que académicos presenten sus trabajos sobre las investigaciones que están realizando. La invitación es a todo académico a que presente una propuesta de trabajo. Hay una selección bastante rigurosa en la medida de que cada propuesta es calificada por dos evaluadores y en general tenemos una tasa de aceptación del 50%
El CPR tiene dos méritos: primero llena un vacío porque no existe una plataforma de diálogo en investigadores que estén trabajando en estos temas. Segundo, tiene la continuidad, es decir, estamos trabajando hace casi 10 años, organizando conferencias anuales y en ese sentido esa continuidad da cierta certidumbre. No somos un ente que aparece y desaparece. Esto es una contribución más al desarrollo de marcos regulatorios actualizados y a la compartición de ideas.
¿Qué temas se tratarán este año durante el encuentro en Cartagena? ¿A qué tipo de ponencias se le ha dado prioridad y por qué? ¿Quién conforma el comité elector de las ponencias?
La evaluación de ponencias no está dada por una prioridad de tipo temático sino que se prioriza la calidad y rigurosidad del trabajo desde el punto de vista de construcción científica y la relevancia que esto tenga a la investigación que está siendo realizada. Sobre la agenda preliminar que tenemos para el evento que se avecina, desde el punto de vista de sesiones, comenzamos por una de aspectos económicos de TIC, seguida por otra sobre Democracia Banda Ancha y Derechos Humanos; una tercera sobre Marcos Regulatorios y Políticas Públicas de TIC, seguida por una sesión sobre Conectividad en América Latina; a continuación tendrá lugar una sobre Gestión de espectro en Colombia; seguida por una sobre impacto de la Banda Ancha en América Latina; luego una que tratará el tema de Brecha Digital; otra sobre Política de Internet y finalmente, una sesión sobre el Ecosistema Digital. Cada una de ellas son sesiones en la que se presentan entre 5 y 6 trabajos.
El comité de evaluación de las ponencias está conformado, obviamente, por el Consejo DIrectivo de CPR LATAM pero también invitamos a otros evaluadores para que nos ayuden con el trabajo porque en general recibimos 100 ponencias y cada una de ellas requiere al menos dos evaluadores.
¿Cuáles son, en su opinión, los principales retos del ecosistema digital en Latinoamérica? ¿Qué desafíos destacaría en materia de políticas públicas?
Los desafíos son numerosos. En primer lugar corresponde conceptualizar qué es el Ecosistema Digital. En todo país, incluso en América Latina, el Ecosistema Digital está organizado alrededor de 8 pilares que van desde el desarrollo de Infraestructura (que son las redes), la conectividad, que tiene que ver con el despliegue de dispositivos para acceder a esas redes; la digitalización de los hogares, que tiene que ver con el uso que se le da a esas redes en términos de comercio electrónico, gobierno electrónico, redes sociales; la digitalización de la producción que tiene que ver con el uso de las tecnologías para el aumento de la productividad en el aparato económico productivo. Luego, el desarrollo de industrias digitales, que incluye no solamente telecomunicaciones sino también todas las otras industrias como OTT, redes sociales, comercio electrónico y demás. Finalmente el desarrollo de capital humano y niveles de competencia.
Existen desafíos en todas las áreas, pero si tuviéramos que priorizar, diría que Latinoamérica hoy enfrenta un desafío desde el punto de vista de Infraestructura. No porque no se haya avanzado. En este aspecto hay dos temas: La digitalización de los hogares ha avanzado de manera drástica, hoy estamos a tasas de uso de Internet de aproximadamente 55% de manera agregada, y en algunos países incluso llega al 70%. Entonces esto crea una presión en el desarrollo de redes para acomodar el tráfico creciente generado por el uso de Internet. Por un lado, debemos resolver cómo seguir invirtiendo para acomodar este tráfico y esta utilización. Y el segundo reto en Infraestructura es el desarrollo de Infraestructuras de avanzada, me refiero a Fibra óptica, IoT, Redes de 4G. Y en este sentido, se va a requerir de mayor inversión.
En cuanto a Conectividad, no veo desafíos demasiado importantes, simplemente porque la conectividad en América Latina ha avanzado de manera bastante significativa, pese a que todavía tenemos el tema de la brecha digital localizada en las zonas rurales y en segmentos sociales más vulnerables. Queda pendiente saber qué pasa con el 45% de las personas que no se conectan a internet, pese a que las razones no son solamente económicas, sino que también tiene que ver con factores culturales, con la relevancia de los contenidos.
En cuanto a Digitalización de la los hogares yo pienso que estamos bastante avanzados, yo no diría a niveles comparables, pero sí acercándonos o convergiendo con lo que se ve en países desarrollados. O sea que ahí no vería un desafío. Donde sí hay un desafío importante, es en la digitalización de la producción. Donde todavía todo lo que tenga que ver con adopción de tecnologías digitales, sobre todo en sector de pyme y microempresas, no es tan elevado. Sobre todo en la asimilación de esas tecnologías en los procesos productivos. Es decir, América Latina no tiene hoy una tasa de absorción de tecnologías digitales baja en el sector corporativo. Lo que ocurre es que a veces la asimilación de esas tecnologías en los procesos productivos no es tan elevada. Me refiero a la automatización de cadenas de aprovisionamiento, canales de distribución electrónico, Internet de las cosas para el procesamiento de productos… Ahí todavía tenemos mucho atraso y es un área que realmente tenemos que recuperar.En materia de regulación y políticas públicas, los desafíos más importantes que veo es que cuando uno analiza los marcos regulatorios del ecosistema de América Latina de alguna manera uno podría clasificarlos como “muy tradicionales”. En el sentido de que consideran al ecosistema digital restringido únicamente al sector de las telecomunicaciones y tal como mencioné anteriormente, el ecosistema también incluye otros jugadores y otras posiciones en la cadena de valor como pueden ser las OTT, las economías colaborativas, que el marco regulatorio aún no está abordando. Entonces tenemos ahí una asimetría o un vacío muy importante en la medida de que nos falta actualizar esos marcos regulatorios a una visión más integrada al ecosistema actual.
El otro desafío tiene que ver con que cada uno de los marcos regulatorios está siendo desarrollado a nivel país. Nosotros tenemos hoy una comunidad hispanohablante que nuclea casi 600 millones de personas, con una comunidad de intereses económicos cada vez más importantes dentro de ciertos países como la Alianza del Pacífico o Mercosur o los países de América Central y sin embargo cuando uno considera el área de ecosistema digital todavía estamos trabajando a nivel de marcos nacionales. Tendríamos que comenzar a discutir estos temas de una manera supranacional e integrada.
¿Cuánto y de qué manera pueden aportar las universidades y centros de estudio en el desarrollo de dicho ecosistema en la región?
Mucho. Quizás si hay un área donde existe mucha más compartición de capital intelectual, de análisis entre países, es en el área académica. Desde la academia estamos constantemente realizando análisis comparados de marco regulatorios de iniciativas de políticas públicas de desempeños de ecosistemas nacionales y tenemos un diálogo continuo entre nosotros. Hay equipos académicos multinacionales que están analizando continuamente estos temas y en ese sentido la perspectiva comparada latinoamericana es fundamental para ayudar. De todas maneras si los reguladores no avanzan y no estimulan esa conectividad y esa convergencia desde el punto de vista de marco regulatorio, poco van a poder hacer los académicos.
¿Cómo ve las redes de colaboración académica del sector en Latinoamérica? ¿Cómo podemos contribuir al respecto el cet.la?
El cet.la es un jugador muy activo en términos de contribución a este tipo de discusión; por un lado por el financiamiento continuo para estudios sobre temas relevantes en contexto de América Latina. Ese financiamiento ayuda, sobre todo, por su abordaje más latinoamericano que puramente nacional.
En segundo lugar, su colaboración al otorgamiento de becas para la asistencia de investigadores jóvenes a las reuniones de CPR que se realizan anualmente. La tercer área en la que el cet.la colabora es en su observatorio donde se están compilando datos como iniciativas de política pública lo que promueve el acceso a información por parte de investigadores que están trabajando en cada uno de los países.