Martha Castellanos
Vicerrectora Académica de la Fundación Universitaria del Área Andina, Bogotá, Colombia

Covid-19 ¿amenaza u oportunidad para la inclusión social desde la educación?

El mercado laboral en la cuarta revolución industrial ha venido cambiando de manera acelerada y contundente y lo seguirá haciendo, ya que, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, en 2025 el 52% de las actividades rutinarias que conocemos actualmente serán desarrolladas por sistemas automatizados[1]. Esto aunado a las complejidades socioeconómicas que ha traído consigo la Covid-19, visibiliza la necesidad de replantear el sistema educativo para que forme personas resilientes y flexibles, con pensamiento crítico, con habilidades digitales y capacidad de solucionar problemas ante circunstancias inciertas, y a la vez, que permita el acceso a la mayor cantidad de personas a ofertas académicas de calidad y pertinentes al entorno. De esta manera, se espera que el sistema educativo pueda lograr la inclusión de la población, promover el desarrollo humano y, por ende, el de la sociedad.

Sin embargo, durante la pandemia, se han evidenciado algunas amenazas, por ejemplo, cuanto más bajo es el nivel socioeconómico de las familias o si su ubicación es rural, es mayor la exclusión escolar y universitaria, pues en algunos casos, no se cuenta con los medios tecnológicos suficientes para acceder a las actividades educativas remotas y en otros, las instituciones de educación no han podido prestar el servicio educativo por falta de infraestructura tecnológica y de modelos formativos para este tipo de circunstancias. De acuerdo con el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, Unesco afirma que el 40% de los países no han logrado apoyar a los estudiantes durante la pandemia[2], lo cual aumenta significativamente las desigualdades socioeconómicas entre los países y por supuesto, entre sus poblaciones.

Por otro lado, se han presentado oportunidades, pues en familias con mayor poder adquisitivo, los estudiantes se han enfrentado a nuevas dinámicas para aprender, no sólo por la tecnología, sino porque han podido experimentar las nuevas didácticas que sus docentes han asumido para lograr su atención y mantenerlos motivados. Además, de acuerdo con PNUD, sus padres han podido apoyar su proceso académico e incluso, fortalecerlo.

Por ello, la pandemia ha resaltado las bondades de los modelos de formación remotos, virtuales y a distancia en el aprendizaje, ya que permiten:

  • 1. La flexibilidad de espacio, tan importante en la pandemia, al mantener el servicio educativo evitando el contacto físico sin importar la ubicación del docente y de los estudiantes,
  • 2. La flexibilidad de tiempo, que facilita en gran medida que el estudiante acomode su horario para cumplir con los retos académicos y pueda dedicar el tiempo que ahorra, por ejemplo en desplazamientos, a actividades de valor agregado y que aportan a su desarrollo,
  • 3. El fomento de la autonomía del aprendizaje del estudiante, pues él se organiza para cumplir con sus compromisos académicos siendo consciente de su proceso formativo, dedicando tiempo al desarrollo de sus lecturas, así como a la búsqueda de información relevante y complementaria a la exigida por el docente, conllevando al fortalecimiento de su pensamiento crítico,
  • 4. El desarrollo de modelos formativos disruptivos, ya que se generan nuevas formas de comunicación que trascienden a las convencionales y fomentan esquemas diferentes de acercarse al conocimiento, lo que redunda en nuevas aproximaciones al aprendizaje y,
  • 5. El aprovechamiento de herramientas como la realidad virtual y aumentada, la gamificación, la animación, entre otras, que fomentan dinámicas provechosas que contribuyen a los resultados de aprendizaje de los estudiantes[3], entre otras.

Sin embargo, esta no es la realidad para la mayoría de estudiantes, pues aquellos que no han podido seguir estudiando por cuenta de la pandemia o que han tenido dificultades para acceder a tecnologías de la información están aumentando sus brechas sociales y económicas, siendo excluidos de la posibilidad de acceder en el futuro a mayores posibilidades en el mundo laboral.

Así se retorne a escenarios presenciales, de cualquier manera, en el  post Covid-19 la educación no será la misma, momento incierto, ante la reciente declaración de la OMS que la pandemia del Covid-19 que “sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional” [4]. Por lo anterior, es sumamente relevante adaptar los modelos educativos actuales y fortalecer las estrategias de acceso a la tecnología lo más pronto posible para disminuir el impacto negativo en la población de más bajo nivel socioeconómico y potenciar el desarrollo de los más afortunados y de aquellos que han logrado aprovechar las circunstancias y acceder a ofertas universitarias de calidad con las que no contaban antes de la situación actual.

En suma, las condiciones actuales presentan un momento único para fortalecer los modelos de educación virtual, presencial, remota y a distancia robusteciendo las competencias de los docentes, ajustando los modelos instruccionales pero, sobre todo, empoderando a los estudiantes como protagonistas de su propia formación, a pesar de las circunstancias. Sin embargo, para ello se requiere contar con acceso a Internet, de lo contrario, se seguirá aumentando la exclusión a la población de mayor vulnerabilidad en el mundo, convirtiéndose esta situación en un problema estructural y una amenaza para el desarrollo sostenible de las naciones y a la vez, una oportunidad desaprovechada para aumentar el acceso de la educación a mayor cantidad de población, por lo cual, debe ser atendida de forma urgente por los gobiernos y resaltado por las organizaciones multilaterales.

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[1] Foro Económico Mundial (2018). Machines Will Do More Tasks Than Humans by 2025 but Robot Revolution Will Still Create 58 Million Net New Jobs in Next Five Years. Recuperado de: https://www.weforum.org/press/2018/09/machines-will-do-more-tasks-than-humans-by-2025-but-robot-revolution-will-still-create-58-million-net-new-jobs-in-next-five-years

[2] Unesco (2020). Global education monitoring report, 2020: Inclusion and education: all means all. ISBN: 978-92-3-100388-2. Recuperado de: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373718

[3] Huang, K. T., Ball, C., Francis, J., Ratan, R., Boumis, J., & Fordham, J. (2019). Augmented versus virtual reality in education: an exploratory study examining science knowledge retention when using augmented reality/virtual reality mobile applications. Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking22(2), 105-110.

Wulansari, N., & Suarni, N. (2020). Animation in Science Learning with Brain Based Learning Models to Improve Student Learning Outcomes. International Journal of Elementary Education4(2), 160-168.

Huang, R., Ritzhaupt, A. D., Sommer, M., Zhu, J., Stephen, A., Valle, N., … & Li, J. (2020). The impact of gamification in educational settings on student learning outcomes: a meta-analysis. Educational Technology Research and Development68(4), 1875-1901.

[4] OMS (2020) Declaración acerca de la quinta reunión del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (2005) sobre la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), 30 de octubre de 2020. Recuperado de: https://www.who.int/es/news/item/30-10-2020-statement-on-the-fifth-meeting-of-the-international-health-regulations-(2005)-emergency-committee-regarding-the-coronavirus-disease-(covid-19)-pandemic