Alexandra Dans
Gerente Senior de comunicaciones para ALC, ICANN.

Comunidad técnica: comprometerse con la diversidad e igualdad, combatiendo el acoso.

Según una investigación lanzada por The National Center for Women and Information Technologies, la diversidad de género tiene beneficios específicos en los ambientes tecnológicos. Por ejemplo, el cambio y la innovación serían menos frecuentes en grupos con una base de conocimiento más homogénea, y los equipos con una mayor proporción de mujeres tendrían más confianza en su trabajo y contarían con una mayor inteligencia colectiva, entendida como la capacidad general de un grupo para realizar una amplia variedad de tareas.

No es novedoso decir que la comunidad técnica tiene todo que ganar con una participación amplia e inclusiva, comprometida con la diversidad. Ya no basta con afirmar que las entidades que componen el ecosistema de Internet promueven la participación de múltiples partes interesadas, dichas partes interesadas también deben comprometerse con una cultura de confianza y prácticas que favorezcan la diversidad de voces e identidades.

La Corporación para la Asignación de Nombres y Números en Internet (ICANN por su sigla en inglés) ha lanzado algunos esfuerzos en ese sentido.

Hacia finales del año 2017, la ICANN publicó los resultados de una encuesta a su comunidad de Internet sobre diversidad de género y participación. El informe de la encuesta, en la que participaron cerca de 600 personas (48% hombres, 49% mujeres), proporcionó un análisis de los datos de la misma y brindó recomendaciones y propuestas a ser consideradas por la comunidad. Entre algunos de los hallazgos interesantes del informe, destacamos que, aunque el 75% indicó que no ha experimentado ni presenciado prácticas sexistas o sesgo de género, el 68% estuvo de acuerdo en que se debe hacer más para aumentar la diversidad de género en posiciones de liderazgo dentro de la comunidad. En cuanto a la participación, más mujeres indicaron enfrentar barreras relacionadas con el género (las mujeres son más propensas a indicar que las responsabilidades de cuidado/ familiares afectan su participación) en tanto más hombres indicaron enfrentar barreras relacionadas con el idioma.

Cabe señalar que un ambiente donde florezcan la diversidad e igualdad de género, no es posible sin una cultura de confianza y de respeto hacia el otro.

En sintonía con esta afirmación, en enero de este año, un grupo de la Junta Directiva de la ICANN, mayoritariamente compuesto por mujeres, creó el Grupo de Trabajo Antiacoso. El propósito del grupo es supervisar la revisión del grado de comprensión por parte de la comunidad de la Política Antiacoso vigente, como también de los procedimientos y prácticas resultantes. Las recomendaciones formuladas por el grupo se presentarán ante todos los integrantes de la Junta Directiva para su revisión y consideración. En dicha política, se estipula claramente que habrá tolerancia cero frente a todo acoso basado, pero no limitado, a características específicas como la edad, ascendencia, etnia, discapacidad física o mental, información genética, condición médica, estado civil, origen nacional, raza, religión, sexo (que incluye, entre otras cosas, género, identidad de género y expresión de género), orientación sexual, ciudadanía, idioma primario, estatus migratorio, estado socioeconómico, embarazo, parto o condiciones médicas relacionadas con el embarazo.

Parece obvio terminar afirmando que la diversidad e igualdad deben ser logros inclusivos. Reconforta saber que la organización a la que pertenezco está tomando pasos en la buena dirección.