“El cierre de la brecha digital es un objetivo prioritario compartido entre el sector público y privado y compartidos, deben ser los esfuerzos para afrontar este desafío de universalizar el acceso a los servicios”, expone el documento de ASIET, que señala cuatro puntos sobre los que debería basarse un nuevo marco de políticas públicas pro desarrollo digital:
- El esfuerzo conjunto de los actores públicos y privados para acelerar la ejecución de proyectos de conectividad y difundir los beneficios de la extensión de redes.
- Estabilidad y predictibilidad, para generar confianza y certidumbre, contribuyendo a minimizar el nivel de riesgo.
- Entorno Pro-inversión, para favorecer el despliegue de redes (fijas, móviles, satelitales) y la actualización tecnológica.
- Simplicidad, flexibilidad y consistencia, con una normativa sectorial que se ajuste a la evolución de las tecnologías y los modelos de negocio.
Según ASIET, “Perú, como la región, tiene importantes retos en materia de conectividad rural y de acceso de población vulnerable”. Para tal fin, ASIET sugiere políticas públicas para atender las actuales brechas de género, digitales y etarias, como incentivos para el despliegue en zonas alejadas y áreas rurales, uso integral de los fondos de servicio universal, mecanismos alternativos para su financiación, subsidios a la demanda, promoción de la compartición voluntaria de infraestructura, entre otras políticas.
A su vez, ASIET agrega: “un nuevo marco de políticas públicas diseñado de manera transversal con foco en los objetivos y los principios mencionados no solo redundará en beneficio de la industria TIC, sino que contribuirá a un desarrollo armónico y sostenible de la economía y de la sociedad en su conjunto”.
La importancia del sector TIC en el Perú se refleja en su peso en el PIB del país, al representar las comunicaciones más del 4,6% de la economía del país (en 2013 era el 3,4%), con crecimientos por encima de la economía general. En 2019 creció un 5.6%, muy por encima de otros sectores regulados. Las redes de telecomunicaciones son la base de la digitalización y la transformación digital, la clave de la mejora productiva que permitirá lograr la recuperación económica frente a los retos que presenta el actual contexto de crisis derivada de la pandemia de Covid-19. A su vez, las redes fueron capaces de sostener el incremento exponencial del tráfico de datos durante la pandemia (con picos de hasta 42% en marzo de 2020) gracias a la inversión de los operadores, mostrando su resiliencia para el mantenimiento de la actividad económica (especialmente de las Pymes que han tenido que acelerar su digitalización), educativa, el relacionamiento social y el entretenimiento. Las telecomunicaciones han sido un aliado fundamental en el combate a la pandemia.
En síntesis, el documento apunta a propuestas de políticas públicas y regulatorias para el desarrollo digital de Perú: una política fiscal congruente con los objetivos de masificación del acceso a los servicios, una política de Espectro Radioeléctrico y despliegue de infraestructura para continuar expandiendo los servicios 4G y desarrollando los nuevos el despliegues de 5G, una política para el cierre de la brecha digital, la educación y la expansión de las habilidades digitales que implica el uso integral de los fondos de servicio universal a los que contribuyen los operadores, y una política que impulse la economía creativa para el fomento y protección de la cultura local y regional a través de la innovación, así como para la generación de empleo de calidad y como canal para la formalización laboral y de los servicios que reciben los usuarios.