Sonia Agnese
Analista Principal Senior para América Latina de la consultora internacional OMDIA

Argentina: infraestructura digital, incremento de las exportaciones y políticas públicas que alienten las inversiones son claves para la reactivación económica en la post pandemia

La Argentina se ha caracterizado por su rápida adopción de nuevas tecnologías, y más allá de haber sido alguna vez “el granero del mundo”, hoy su nivel de exportaciones está en los niveles más bajos de América Latina. Con las políticas públicas correctas, Argentina puede retomar el camino de crecimiento, teniendo como eje catalizador de la reactivación económica post-Covid a la infraestructura digital y las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC)

Argentina se ha caracterizado por ser líder en América Latina en la rápida las nuevas tecnologías:

  • En los años 90, Argentina ya contaba con más del 50% de los hogares con servicio de televisión paga, sólo superado por Canadá, Estados Unidos y Dinamarca.
  • Los SMS fueron furor en Argentina, liderando el ranking regional con el mayor uso de SMS y en 2011, el 36% de los ingresos de los operadores ya provenían de servicios de datos de valor agregado.
  • En 2012 Argentina lideraba el ranking mundial en uso de redes sociales consumiendo cerca de 10 horas por visitante mes.

Argentina es el octavo país en extensión geográfica a nivel mundial, lo que, sumado a este interés por la tecnología, hizo que el país desarrollara un ecosistema de redes y jugadores muy diverso. Actualmente existen tres grandes operadores de telecomunicaciones, uno de capitales mayoritarios argentinos, que concentran más del 70% del mercado. El resto se configura con más de 1.000 ISPs de distinta envergadura, y donde se destacan las pymes y las cooperativas con el espíritu emprendedor local. A su vez, el modelo se complementa con el operador ARSAT, que es un operador mayorista que, a través de la red federal de fibra óptica y los servicios satelitales, ofrece conectividad a los lugares en donde los privados no lo llegan. La libre competencia y un relativo bajo nivel de intervención regulatoria, llevó a la actual configuración del mercado.

A junio de 2020 el ENACOM reporta 9 millones de accesos de banda ancha fijos al hogar, lo que equivale a 64% de los hogares, servicio que se ha demostrado esencial durante la cuarentena y el que más ha crecido. La fibra óptica ha crecido un 65% en el último año y alcanza un 12% de las conexiones.

Ningún país ha podido esquivar las repercusiones sani­tarias, económicas y sociales de la crisis del COVID-19. El sector de las telecomunicaciones, tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) se han convertido en esencial para reducir el impacto del Covid-19, pero serán aún más importantes para impulsar la recuperación económica post pandemia.  En el caso de Argentina el país se encuentra con un nivel muy bajo de reservas en el Banco Central, un proceso inflacionario y una crisis de confianza en el peso que ha llevado a una brecha cambiaria por encima del 100%.  El argentino, a diferencia de lo que sucede en el resto de América Latina, piensa en dólares, ahorra en dólares y el dólar es el principal refugio en tiempo de crisis.

Esta situación de “dólar dependencia” se ve agravada por el bajo nivel de exportaciones de Argentina. De haber sido el “granero del mundo”, hoy el país está muy por debajo a nivel de exportaciones que el resto de la región (ver figura 1). Tomando el promedio de los últimos cinco años, Argentina exporta el 13% de su PBI (Producto Bruto Interno), mientras que por ejemplo México exporta el 37% de su PBI, con un mercado local mucho más grande y con casi el triple de población. Comenzando con Brasil y hasta Paraguay, superan el porcentaje de exportaciones sobre el PBI de Argentina. Las referencias del promedio mundial cercano al 30%, o la Unión Europea con un 46%, son una muestra más de la fragilidad de la economía. Para que Argentina se desarrolle es primordial exportar más, de modo de generar divisas genuinas, aumentar la escala y la productividad, generando más empleo y así poder reducir la pobreza.

Argentina, como el resto de la región, tiene bajas tasas de productividad. Por lo que produce cada trabajador de Estados Unidos, América Latina requiere cuatro trabajadores. El 50% de las exportaciones aún tiene relación con la agricultura. La exportación de servicios son los que más han crecido en los últimos años, destacándose los servicios basados en conocimiento (SBC), que se destacan por generar empleos de alto valor agregado. Todos estos sectores requieren de la conectividad para estar conectados al mundo y de las nuevas tecnologías para poder competir con los países más avanzados. Para esto se requiere una infraestructura digital de calidad, la digitalización de las empresas, educación con énfasis en tecnología y en idiomas y políticas públicas que prioricen este sector clave.

A su vez, este ecosistema de jugadores de infraestructura digital requiere reglas claras y previsibilidad para crecer. La confianza y la previsibilidad son condiciones imprescindibles para generar empleo e inversiones en el país. En un contexto de uso intensivo de las redes de telecomunicaciones, alta inflación y crisis mundial, el gobierno emitió el Decreto de Necesidad y Urgencia 690/20 que declara a las TICs como “servicios públicos esenciales en competencia y estratégicos”, determina el congelamiento de precios hasta fin de año y establece un sistema de control de precios a ser reglamentado.

El sector TIC tiene un peso muy significativo en el PBI, al representar el 5,3% de la economía. Sabemos lo importante y crítico que es para todos hoy contar con Internet y estar comunicados, y más allá de tener buenas intenciones, la implementación del DNU 690/20 puede tener justamente el impacto contrario de los objetivos planteados. Durante la pandemia hemos visto un positivo el diálogo público privado y el trabajo coordinado. Este tipo de decisiones sin posibilidad de discusión y diálogo son muy riesgosas. Los posibles impactos en el congelamiento de las inversiones y el deterioro de la calidad de servicio son preocupantes.

Los efectos de este tipo de decisiones no se ven de un día al otro, pero estos cambios drásticos e inesperados en las reglas del sector, sin una construcción previa de consenso, tienen un impacto directo en la innovación, frena las inversiones y envía señales negativas para los mercados en un contexto que debemos estar más unidos que nunca.

La actual crisis nos brinda una oportunidad de implementar políticas públicas que transformen el país, construyendo una Argentina más conectada al mundo y con más oportunidades para todos. El teletrabajo, la educación a distancia, las nuevas formas de trabajo de las empresas, la telemedicina, el comercio electrónico, entre otros, han puesto de manifiesto la importancia de la inversión necesaria para fortalecer la infraestructura digital y crear un marco de políticas robusto que alienten dichas inversiones. El futuro de la Argentina y las próximas generaciones dependen de ello.